Una decena de artistas plásticos se reunieron este viernes a un costado del Ex convento de Santo Domingo en la ciudad de Oaxaca, para recordar al artista oaxaqueño Rufino Tamayo (1899 – 1991) al cumplirse 31 años de su fallecimiento.
Convocados por la promotora de arte Nancy Mayagoitia, 30 artistas: discípulos, colaboradores o admiradores de su obra intervinieron piezas de fibra de vidrio con la figura de una rodaja de sandía, que primero fueron exhibidas en la Plaza de la Danza y ahora se exponen en la calle de la calle de Gurrión, a un costado del ex convento de Santo Domingo.
Parte de este mismo grupo de artistas se reunió este viernes para recordar a Tamayo, celebrar su labor en la plástica mexicana y su aportación en el arte mundial. Entre ellos, el arqueólogo y artista plástico Arthur Miller, quien en coincidencia con Tamayo incorpora en sus creaciones los conocimientos del arte prehispánico. Pero lo fundamental, lo que le une a Tamayo —dice el artista— es esa constante búsqueda de libertad que se encuentra en la creación, en el acto de experimentar.
Román Llaguno, quien también expone en este homenaje a Tamayo inaugurado en 2021, recuerda que tuvo la fortuna de conocerlo, junto con el artista y grabador Juan Alcazar, en el callejón del Espíritu Santo en Cuernavaca, donde vivía Tamayo.
También en la década de los 80 tuvo la oportunidad de montar 25 mixografías, quizá la exposición más completa de Rufino Tamayo— dice—en la escuela de Bellas Artes de Oaxaca. Incluso se le propuso al maestro que fuera director honorífico de la escuela de Bellas Artes y si se le tomó protesta, cuando era rector Alfonso Zorrilla Cuevas, recuerda Llaguno.
“El maestro Tamayo es una institución, fue un artista de talla mundial quien recuperó las raíces prehispánicas y tuvo la gran cualidad de integrar en un cuadro tanto cromatismo y significado”, dice sobre el oaxaqueño que alcanzó relieve y difusión internacional, por integrar en su prolífica obra la herencia prehispánica, la experimentación y las innovadoras tendencias plásticas del siglo XX, entre otras cualidades.
La promotora Nancy Mayagoitia considera que esta muestra permite recordar a un artista genuinamente generoso, no solo en el arte sino también en su integridad como ser humano, siempre aportando a la sociedad.