TESTIFICA Sergio Villarreal, operador de Arturo Beltrán Leyva; afirma que éste entregaba millones de pesos al exsecretario de Seguridad
ANTE el juez, asegura que su organización pasó de controlar 4 territorios a una veintena; esto, gracias al apoyo de corporaciones en ese tiempo
DEFENSOR del extitular de la AFI señala que la fiscalía buscará presentar muchos testimonios contra su cliente, pero “sin evidencia”En el inicio formal del juicio al que el gobierno de Estados Unidos somete a Genaro García Luna, Sergio Villarreal Barragán, El Grande, un exagente de policía que se convirtió en narcotraficante, afirmó que el exsecretario mexicano de Seguridad Pública recibió dinero del Cártel de Sinaloa a cambio de información privilegiada y que, gracias a su ayuda, ese grupo delictivo se expandió.
“Nos daba información sobre operaciones contra el cártel (…) Nos ayudaba a poner y quitar agentes en cualquier parte de México y compartía información para que pudiéramos golpear a nuestros rivales”, declaró.
El Grande es el primer testigo que llamó la Fiscalía estadounidense en contra del exfuncionario calderonista acusado de aceptar sobornos para ayudar a los narcotraficantes, a los que debió combatir.
Ante los 12 miembros del jurado y del juez Brian Cogan, el narcotraficante testigo sostuvo que, gracias a la ayuda de García Luna, “el cártel creció en términos de territorio”, pues pasó de dominar Sonora, Chihuahua, Sinaloa y Durango, a tener presencia en 20 estados.
Y gracias a la ayuda de García Luna, el grupo dirigido por el narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán pudo aumentar la importación de cocaína a México y deshacerse de grupos rivales, de acuerdo con la declaración de Villarreal.
En un extenso testimonio, que incluso este martes continuará, describió su historia personal, su ingreso a la Policía Judicial Estatal de Tamaulipas y el primer trabajo que tuvo a las órdenes de Amado Carrillo Fuentes, El Señor de los Cielos, y el Cártel de Juárez, “el más poderoso entonces”, dijo.
El Grande argumentó ante la corte los conflictos con el Cártel del Golfo, que dirigía Osiel Cárdenas, y recordó que “quemaron mis negocios y mataron a mi cuñado”, en ese entonces, lo que hizo que se acercara a Arturo Beltrán Leyva, “en ese momento socio de El Chapo Guzmán y El Mayo Zambada”.
Detalló que él armó rutas de trasiego de drogas del centro al norte del país y tuvo acercamiento con funcionarios “para entregar sobornos”.
García Luna “nos entregaba uniformes, camionetas clonadas y charolas, que son credenciales de identificación de la agencia”, dijo.
Villarreal Barragán testificó sobre los operativos conjuntos entre la policía y el Cártel de Sinaloa en la ciudad de Monterrey contra un cártel rival; de cómo los agentes de policía le permitieron establecer rutas para el trasiego de cargamentos de entre 800 y mil 200 kilogramos de cocaína varias veces por semana a través de Chiapas, y de cómo la policía informaba con antelación al cártel de futuros operativos para que los traficantes pudieran deshacerse de todo.
También narró que después de que se incautaron drogas del Cártel de Sinaloa en Sonora, logró recuperar el cargamento tras recordarle al comandante de la policía regional que el cártel había hecho que se le nombrara en el cargo.
Durante todos estos supuestos episodios, ocurridos a principios de la década de 2000, García Luna estaba al frente de la Policía Federal, y recibió pagos del Cártel de Sinaloa, según El Grande.
Contó que García Luna recogía bolsos repletos de efectivo en una casa de seguridad al sur de la Ciudad de México y que se llevó 14 millones de dólares en cajas de cartón de una bodega repleta de cocaína que la policía había incautado al Cártel del Golfo y entregado al grupo de Sinaloa.
Asimismo, refirió que el inculpado ya dirigía a la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) cuando, en una ocasión, el exfuncionario recibió pagos puntuales de entre uno y 1.5 millones de dólares. Comentó que la cifra cambiaba conforme aumentaba la presencia y negocios del Cártel de Sinaloa.
Aseguró también que cuando él se involucró con los Beltrán Leyva, García Luna ya estaba en la nómina y que allí siguió, al menos hasta la muerte de Arturo Beltrán, en el 2009.
Recordó una llamada que presuntamente hizo el entonces jefe de la AFI —quien era conocido entre los narcotraficantes como El Compa o El Tartamudo—a Arturo Beltrán para agradecerle por una moto Harley Davidson, edición especial, que le habría regalado.
El Grande sacó a relucir nombres de narcos y supuestos policías corruptos que se movían en la órbita de García Luna o tuvieron contacto con él, entre ellos, colaboradores del exfuncionario, como Luis Cárdenas Palomino, Ramón Pequeño, Iván Reyes-Arzate, Víctor Garay Cadena, Édgar Vallardo, Edgar Millán y Armando Espinoza de Benito.
Entre los narcotraficantes figuraban los hermanos Beltrán Leyva, Ismael El Mayo Zambada, Jesús El Rey Zambada, Ignacio Coronel y Édgar Valdez Villarreal,
La Barbie, quien se cree también podría estar entre los testigos de la Fiscalía.
Mencionó que el “comandante Domingo” y Cárdenas Palomino supuestamente estuvieron presentes cuando el exsecretario de Seguridad recibía los sobornos.
García Luna dirigió la AFI entre 2001 y 2005, y luego fue secretario de Seguridad Pública en el Gobierno de Felipe Calderón, del 2006 al 2012.
Antes del testimonio de El Grande, Genaro García Luna escuchó los alegatos de la Fiscalía, que lo acusó de haber “traicionado” a México y a Estados Unidos por traficar cocaína, mientras su defensa aseguró que en el caso no hay evidencias que prueben las imputaciones contra su cliente, acusado de aceptar millones de dólares para permitir que el Cártel de Sinaloa operara con impunidad mientras enviaba toneladas de cocaína a EU.
Tras un largo discurso del juez al jurado sobre lo que debe hacer y cómo debe comportarse a lo largo de las ocho semanas que se prevé que dure el juicio, la Fiscalía presentó sus alegatos contra el artífice de la guerra que el expresidente Felipe Calderón lanzó contra el crimen organizado.
“El acusado aceptó millones de dólares en sobornos una y otra vez” del Cártel de Sinaloa, de Joaquín El Chapo Guzmán, uno de los mayores narcotraficantes del mundo, juzgado y condenado a cadena perpetua por el mismo juez que instruye el caso de García Luna. “Traicionó a su país y al nuestro”, dijo el fiscal Philip Pilmar.
En contraparte, la defensa de García Luna alegó que no hay “dinero, ni fotos, ni videos, ni grabaciones, ni textos, ni pruebas” de las acusaciones.
“Cantidad no es calidad”, dijo al jurado el abogado defensor César de Castro, y cuando “no tienes calidad, abrumas con cantidad”, remató.
“Los testigos del gobierno son víctimas de la guerra al narcotráfico” de Calderón. Y pretenden “matar dos pájaros de un tiro: reducir su condena y vengarse de la persona que más odian los narcotraficantes (…) Qué mejor venganza que sepultar al hombre que lideró la guerra contra los cárteles”, dijo De Castro.