En un acto de valentÃa, César Eduardo B., un joven estudiante de tan solo 16 años, fue vÃctima de un violento asalto mientras se dirigÃa al CBTis 026. En la intersección de las calles Eduardo Vasconcelos y Vidente González, un grupo de delincuentes le arrebató su mochila, que contenÃa su preciada laptop, adquirida con gran esfuerzo por sus padres.
A pesar de su desesperación por mantener sus herramientas de estudio, el adolescente se resistió a entregar la mochila. En respuesta, los agresores, despiadados, dispararon contra él, hiriéndolo gravemente en ambas piernas con tres balazos de calibre 22. El joven cayó al suelo, bañado en su propia sangre.
Los criminales aprovecharon el caos y huyeron rápidamente en un taxi foráneo, llevándose consigo el botÃn. Los testigos del aterrador atraco, atemorizados, no se atrevieron a intervenir por temor a sufrir la misma violencia y llamaron de inmediato a los servicios de emergencia.
La madre de la vÃctima llegó al lugar alarmada tras ser alertada por los vecinos. Pronto, paramédicos y agentes de la policÃa municipal se presentaron en el escenario del crimen. Después de brindar los primeros auxilios, el adolescente fue trasladado de urgencia al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para recibir atención médica especializada.
Este indignante suceso es solo una muestra más del creciente aumento de la delincuencia en la zona. Los robos y asaltos se vuelven cada vez más violentos, y los maleantes muestran una crueldad despiadada. El miedo se instala en los hogares, generando una demanda urgente de mayor seguridad por parte de la comunidad.
“Estos criminales no tienen corazón. Pueden matarte por cualquier cosa. Pobre muchacho, podrÃa ser tu hijo, tu hermano o tu vecino. Es una situación terrible”, comentaron consternados algunos vecinos.
Las autoridades policiales aseguraron la escena del crimen para preservar las pruebas, incluyendo los casquillos de bala utilizados. Agentes investigadores llegaron posteriormente para llevar a cabo las diligencias correspondientes, recogiendo las evidencias, revisando las cámaras de seguridad y entrevistando a los residentes y testigos presentes en el momento del asalto.
La autoridad ministerial espera la autorización médica para que el menor, en compañÃa de su tutor, pueda rendir su declaración sobre lo sucedido. Con esta información, se iniciará el proceso correspondiente y se tomarán medidas para identificar y capturar a los delincuentes responsables de este acto de violencia sin sentido. La comunidad exige justicia y seguridad, para que casos como este no vuelvan a repetirse.