El Día del Árbol y el apóstol mexicano.

by | Jul 11, 2024 | Uncategorized

Hoy 11 de julio (2do jueves de julio), se celebra el Día del Árbol, formalmente instituido en México hace 64 años (1959) para concientizar a la población sobre la necesidad de protección a las superficies arboladas; ahora también, sobre los efectos del cambio climático y la tala indiscrimimada de los bosques.

El Congreso Forestal Mundial de la FAO declaró (1969) cada 28 de junio: Día Mundial del Árbol.

Diversas naciones han tomado en antaño atención al tema, ejemplo, Suecia que conmemora a los árboles desde 1840; y en suelo mexicano nos lleva a tener presente la huella del ingeniero Miguel Ángel de Quevedo, hijo distinguido de la patria, el “apostol del árbol”, que dedicó parte de su vida y patrimonio, al estudio y cuidado de la flora, desde la época del porfiriato (inmersa en el desarrollo industrial, de consecuencias ambientales), la donación de las primeras tierras (1901) para la creación del “Vivero Coyoacán” (nombre inicial); el establecimiento del parque nacional Desierto de los Leones; la promulgación de la primera Ley Forestal (1926), hasta la administración de Lázaro Cárdenas para la creación de diversos parques y arboladas en la ciudad de México. 

Científicamente, un árbol es un vegetal leñoso que se ramifica a cierta altura del suelo; sin embargo, su dimensión botánica, biológica y cultural, permiten alcanzar estimaciones historicas, místicas y hasta de espiritualidad, sombreando virtuosamente los caminos, a los caminantes, sus sueños y visiones, con pacientes raíces de vida [se habla del fruto prohibido; el árbol de la Vida; el de la noche triste; los 13 cielos del yaaxché]. 

México tiene especies endémicas (exclusivas) y nativas (que pertenecen a climas semejantes), considerando al ahuehuete, “viejo del agua”, como el árbol nacional; asimismo, se han clasificado diversos especímenes, como históricos y notables. 

Oaxaca, nombrada así por sus huajes, ha distinguido oficialmente (entre 2008 a 2010) 33 arboles notables ubicados en diversas municipalidades, que representan un patrimonio natural de incalculable valor y belleza. 

En la imagen, el “Higo de la estación Sarabia”, en San Juan Guichicovi, Juchitán, un capricho de la naturaleza.