NADIA SANABIA
Morena en Oaxaca dio a conocer hoy el avance de su proceso de afiliación, que inició el 23 de enero de 2025. El partido, que persigue alcanzar la meta nacional de 10 millones de afiliados –según informó la presidenta nacional Luisa María Alcalde–, tiene como objetivo registrar 370,000 militantes en el estado. Sin embargo, los dirigentes locales, encabezados por el secretario de organización Shabin Jara Bolaños, aseguran que su meta es llegar a 700,000 afiliaciones, argumentando que “Oaxaca es un estado obradorista”.
Según los datos oficiales, hasta la fecha se han registrado 213,306 afiliados en los 10 distritos electorales de Oaxaca. El análisis muestra que el distrito 7, correspondiente a Ixtepec, lidera con 25,780 afiliaciones, mientras que el distrito 9, identificado con San Pedro Mixtepec, aporta la cifra más baja, de 18,168 militantes. Para impulsar el proceso, Morena Oaxaca invertirá 80 millones de pesos y cuenta con 50 coordinadores operativos territoriales en cada distrito electoral, encargados de gestionar las nuevas afiliaciones.
Si bien la estrategia oficial se presenta como un motor de fortalecimiento de la base del partido, algunos analistas y voces críticas, señalan que afiliaciones como la del exgobernador priista Alejandro Murat merman la credibilidad del partido frente a su militancia local y su congruencia en lo nacional.
Morena, que busca definirse por sus ideales transformadores y su discurso de cambio, enfrenta así el reto de conciliar el crecimiento masivo con la rigurosidad necesaria en la integración de nuevos militantes, en un contexto donde la imagen del partido se ve afectada por estas controversias.
Emanuel Navarro Jara, presidente estatal, y otros dirigentes destacan que, a pesar de las dudas y de las críticas recibidas, el proceso de afiliación es clave para ampliar la participación ciudadana y fortalecer el proyecto nacional de Morena. No obstante, la presión de cumplir con objetivos tan ambiciosos ante un panorama complejo y lleno de cuestionamientos pone en relieve las tensiones internas de un partido que se debate entre consolidar su imagen oficialista y responder a las demandas de una base que se nota desplazada frente a neo morenistas de orígenes priistas.