Tras una maratónica sesión de más de 24 horas, el Pleno de la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó el 21 de mayo el proyecto de presupuesto del presidente Donald Trump con 215 votos a favor y 214 en contra. El plan incluye un impuesto del 3.5% a las remesas enviadas desde EE.UU., una medida que impactará a millones de migrantes, incluidos mexicanos, y que ahora pasará al Senado para su evaluación.
La cerrada votación refleja las divisiones en el Congreso, con oposición de demócratas y algunos republicanos preocupados por el aumento de 2.4 billones de dólares a la deuda pública en 10 años. El presupuesto fortalece la agenda antimigratoria de Trump, destinando cientos de miles de millones al Pentágono, al Departamento de Seguridad Interior y a Justicia para redadas, deportaciones y la ampliación del muro fronterizo.
El proyecto también incluye recortes fiscales para los más ricos y grandes corporaciones, mientras reduce un billón de dólares en programas sociales y 500 mil millones en asistencia médica para los más pobres en una década, afectando a unos 8 millones de personas. El impuesto a las remesas, parte de una enmienda, busca presionar a países como México, que recibió 63,313 millones de dólares en remesas en 2024.
La aprobación representa una derrota para una comitiva mexicana encabezada por Alejandro Murat e Ignacio Mier, que cabildeó en Washington para detener el gravamen. México ha rechazado la medida, argumentando que castiga a las familias más vulnerables y viola el espíritu del T-MEC, y planea presentar una queja formal en el marco del acuerdo comercial.
El proyecto ahora enfrentará un debate en el Senado, donde los republicanos tienen una mayoría ajustada. Mientras tanto, la medida ha generado indignación entre comunidades migrantes y en redes sociales, donde usuarios denuncian que el impuesto del 3.5% reducirá el apoyo a familias que dependen de las remesas, potencialmente afectando la economía de países como México.