La secretaria de Seguridad Nacional de EE.UU. lanzó una acusación directa contra la presidenta mexicana, desatando un nuevo episodio de fricción bilateral. México rechaza los señalamientos y advierte implicaciones en la relación entre ambos países.
PERIODISTAS OAXACA
Ciudad de México / Washington, 11 de junio de 2025.— Las relaciones entre México y Estados Unidos sumaron un nuevo episodio de tensión luego de que Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional estadounidense, acusara a la presidenta Claudia Sheinbaum de haber “alentado” protestas violentas protagonizadas por migrantes mexicanos en Los Ángeles. Las declaraciones de Noem, pronunciadas el 10 de junio en la Casa Blanca, encendieron las alertas diplomáticas y generaron reacciones inmediatas en ambos países.
“Claudia Sheinbaum came out and encouraged more protests in L.A., and I condemn her for that,” dijo Noem, en referencia a los disturbios registrados tras una serie de redadas migratorias en California. Sus palabras fueron interpretadas como un intento de responsabilizar al gobierno mexicano por el descontento social en territorio estadounidense.
La respuesta de la presidenta Sheinbaum fue inmediata y tajante. Desde Palacio Nacional, rechazó las afirmaciones como “absolutamente falsas” y aseguró que su gobierno ha sostenido en todo momento un llamado a la no violencia. “Estamos en contra de la violencia, venga de donde venga… llamamos a la comunidad mexicana a actuar de manera pacífica y no caer en provocaciones”, declaró, acompañando sus palabras con la publicación de un video donde muestra sus declaraciones previas como prueba.
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México cierra filas en respaldo a su presidenta
En el plano nacional, las declaraciones de Noem generaron una ola de respaldo hacia la mandataria mexicana. Gobernadores de las 32 entidades federativas expresaron públicamente su apoyo a Sheinbaum, defendiendo la soberanía nacional y acusando a Noem de actuar con motivaciones políticas.
“El pueblo mexicano no puede permitir que se nos use como chivo expiatorio en campañas electorales ajenas”, dijo la gobernadora de Sonora, Celida López. Desde el Congreso, senadores y diputados de distintas bancadas llamaron a defender la imagen de México en el exterior y condenaron “la ligereza de acusaciones sin pruebas”.
En contraste, algunos analistas advirtieron sobre los riesgos diplomáticos del uso político de la migración. Arturo Rocha, especialista en relaciones internacionales, señaló que “aunque México no ha promovido protestas, la presencia de símbolos patrios en las manifestaciones puede ser usada como argumento en su contra y complicar las negociaciones bilaterales”.
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Un episodio con lecturas profundas
Más allá de la controversia inmediata, el episodio revela las complejidades que atraviesa la relación entre México y Estados Unidos en el actual contexto geopolítico. En las últimas semanas, la administración de Donald Trump ha endurecido su retórica contra la migración y ha impulsado una reforma fiscal que incluye un impuesto del 3.5 % a las remesas enviadas desde EE.UU., medida que afecta directamente a millones de familias mexicanas.
La narrativa del “migrante violento” o “influenciado desde el extranjero” parece ganar terreno entre sectores republicanos. En ese marco, la acusación de Noem no solo sacude el panorama diplomático, sino que puede tener efectos prácticos sobre políticas de frontera, cooperación en seguridad y acuerdos económicos.
México, por su parte, ha optado por un discurso de contención. Sheinbaum ha reiterado su disposición al diálogo y ha instruido a su cancillería a mantener canales abiertos con Washington. “Buscamos evitar confrontaciones, por el bien de México”, expresó este martes en un acto público.
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¿Qué se juega en este diferendo?
El conflicto verbal ocurre en vísperas de la próxima cumbre del G‑7 en Canadá, donde Sheinbaum y Trump se verán las caras. Con la agenda migratoria y de seguridad en el centro del debate, la acusación de Noem amenaza con ensombrecer el ambiente diplomático.
La tensión podría derivar en:
- Obstáculos en la cooperación bilateral, en temas como seguridad fronteriza, narcotráfico y comercio.
- Mayor presión sobre las comunidades migrantes mexicanas, en particular en California y Texas.
- Impacto en la imagen internacional de la nueva administración mexicana, que ha buscado diferenciarse de su antecesor promoviendo un tono más conciliador y técnico.
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Un reto de Estado para el gobierno mexicano
A menos de dos semanas de haber asumido el cargo, la presidenta Sheinbaum enfrenta su primer gran reto internacional. Su estrategia parece orientada a contener la escalada sin renunciar a una defensa firme de la soberanía y de las comunidades migrantes.
“Es tiempo de actuar con inteligencia y firmeza. La política exterior debe construirse con cabeza fría”, concluyó la mandataria este martes, marcando el tono con el que su gobierno planea sortear esta tormenta.
En Washington, no se ha emitido una retractación ni un comunicado posterior por parte de Noem. Sin embargo, analistas consultados por medios estadounidenses no descartan que el gobierno de Trump esté utilizando esta narrativa como una herramienta electoral interna, en un año clave para sus aspiraciones políticas.
El cruce de declaraciones ha captado la atención de la prensa internacional y colocado nuevamente al tema migratorio en el centro del debate entre ambas naciones. La teoría de la relevancia —según la cual lo que se dice en el espacio público adquiere peso según el contexto que lo rodea— se vuelve evidente: más que una frase suelta, la declaración de Noem parece insertarse en una estrategia política de mayor alcance.