Rubio en México: el vecino desconfiado toca la puerta

by | Sep 3, 2025 | Portada

Fernando Schütte Elguero

Marco Rubio no viene a México a sonreír ni a improvisar frases de amistad diplomática. Llega con el ceño fruncido y con la desconfianza que desde hace años define la mirada de Estados Unidos hacia su vecino del sur. Para Washington, México es un socio incómodo (necesario pero poco confiable), y esa contradicción es la que marca la visita.

El discurso será de cooperación: seguridad, fentanilo y migración. Suenan como prioridades legítimas, pero en el fondo lo que Rubio viene a dejar claro es que su gobierno no cree en la capacidad mexicana para enfrentar a los cárteles ni para controlar sus propias fronteras (y menos sin la presión directa de los Estados Unidos de Norteamérica). No es una visita de cortesía, es una auditoría.

Y no nos engañemos: en la conversación privada aparecerán temas que no se dirán en público. Uno de ellos es la sospecha de que México sigue tendiendo puentes (en petróleo, en dinero, en simpatías políticas) hacia Cuba y Venezuela. Rubio, con su estilo duro, pedirá cortar ese cordón. México contestará que es un país soberano, que coopera pero no se subordina. Pero la palabra soberanía suena hueca cuando del otro lado tienen la capacidad de asfixiarte con sanciones comerciales y bloqueos financieros.

Lo más delicado es que Rubio podría reunirse con quienes cargan un estigma mayor: políticos mexicanos señalados como narcopolíticos por testigos protegidos en cortes de Estados Unidos. Son nombres que no salen en comunicados oficiales (pero que pesan como dinamita). Allí puede estar la verdadera negociación: qué callar, qué entregar, a quién proteger. Y si esas conversaciones ocurren, serán en la penumbra, lejos de los reflectores, pero con consecuencias que marcarán el rumbo de la relación bilateral.

El tercer tema inevitable será China. Washington no tolera que el dragón se meta hasta la cocina en México, sea con tecnología, espionaje o inversiones que se traduzcan en dependencia. Y aquí el mensaje será absolutamente contundente: o con nosotros, o con ellos. La presión vendrá disfrazada de cooperación, pero con la amenaza latente de que si México no se alinea, pagará el costo en comercio, aranceles y en una desconfianza aún mayor, con todo lo que ello implica.

El escenario es claro: podemos tener un acuerdo del que ambos países salgamos beneficiados, o mostrando los dientes en una foto hueca o un choque abierto que se traduzca en represalias. Lo que no habrá es confianza. Estados Unidos ya no cree en México y Rubio viene a recordarlo con sonrisa diplomática y agenda de hierro.

La pregunta es si este gobierno sabrá negociar con firmeza sin entregar demasiado, o si quedaremos atrapados en la cuerda floja de siempre (un pie en la soberanía, otro en la sumisión). Porque en esta visita lo que se mide no es la relación entre vecinos, sino si México todavía tiene margen para decidir su propio destino.

México ya no es visto como un socio, sino como un vecino riesgoso que debe ser vigilado, porque entre otras cosas, coquetea con las dictaduras y va camino a serlo también. Tenemos que defender nuestra soberanía con firmeza, pero también buscando ayuda para que México sea un país soberano también al interior.

@Fschutte

Consultor en seguridad y analista político