ASF: ¿Las cuentas claras…?
Joel Hernández Santiago
Pues resulta que el domingo 20 de febrero, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) presentó ante la Cámara de Diputados su informe de revisión relativo a la Cuenta Pública de 2020. Bien. Es su tarea y es su responsabilidad. Tiene que ver con el cuidado de los recursos públicos que manejan distintas instancias de gobierno o vinculadas a gobierno.
Uno quisiera que al término de cada revisión, las distintas oficinas de gobierno auditadas en sus procedimientos administrativos, contables, financieros estuvieran rechinando de limpios; que no hubiera la mínima poluta que manche el buen uso del resultado de nuestro trabajo y nuestra aportación para que en México haya recursos productivos y crecientes para beneficio de todos.
“La Auditoría Superior de la Federación es el órgano técnico especializado de la Cámara de Diputados, dotado de autonomía técnica y de gestión, se encarga de fiscalizar el uso de los recursos públicos federales en los tres Poderes de la Unión; los órganos constitucionales autónomos; los estados y municipios; y en general cualquier entidad, persona física o moral, pública o privada que haya captado, recaudado, administrado, manejado o ejercido recursos públicos federales. El resultado final de la labor de la ASF son los Informes Individuales de Auditoría y el Informe General Ejecutivo del Resultado de la Fiscalización Superior de la Cuenta Pública.” Así dicho por la ASF.
Naturalmente uno debería confiar en el trabajo profesional de quienes llevan a cabo la tarea de cuidar el buen uso de los recursos públicos en pleno de su autonomía técnica y de gestión. Y esto es muy importante por lo que significa de independencia para llevar a cabo su trabajo sin presiones ni intereses de ninguna especie, a fin de que los resultados sean confiables.
Así que este domingo, ‘en su informe de trabajo y resultados detectó posibles actos de corrupción y daños al erario por más de 10 mil millones de pesos en las obras insignia del presidente López Obrador, así como algunos de sus programas prioritarios como Sembrando Vida, Pensión para Adultos Mayores y Jóvenes Construyendo el Futuro, entre otros.
‘Durante la fiscalización de la Cuenta Pública 2020, la ASF detectó pagos indebidos en la construcción tanto del Tren Maya como de la refinería de Dos Bocas, así como diversas irregularidades en la edificación del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, mientras que en la entrega de los programas de apoyo social se reveló el pago a personas no inscritas en estos e incluso a personas fallecidas y falta de productos agrícolas en las bodegas de Segalmex, entre otras anomalías.’
También se revisaron otras instancias de gobierno, como el sector salud en el que se detectaron anomalías graves en la adquisición de medicamentos y distintos útiles para el cuidado, así como servicios y más. Lo mismo en la Secretaría del Deporte. En Turismo. Tantos más.
Si la revisión tiene que ver con lo que cada auditor encontró en estas oficinas y si lo hicieron de forma exhaustiva, segura, rigurosa, determinante, con calidad de trabajo, en uso preciso de los elementos y las herramientas de auditorías que existen para llevar a cabo esta supervisión, entonces uno no tendría por qué dudar de los resultados.
Si. Pero no. No y no. Los mismos auditores han dicho que su informe contiene cifras y resultados “preliminares”, esto es, que podrían no ser tan ciertos y precisos. Que las instancias auditadas que tuvieran observaciones deberán aclararlas en no más de sesenta días y que, bueno, en el fondo quieren decir que ‘podrían haberse equivocado o que no fueran precisos los datos o que faltaron elementos para profundizar, o que…’.
Parece que se curan en salud porque no quieren caer en lo que pasó hace un año cuando el 20 de febrero de 2021 informó que cancelar las obras del Aeropuerto de Texcoco costaría 331,996 millones de pesos, un 232 por ciento más que la estimación que elaboró el Gobierno. Ante las quejas de Palacio Nacional, la ASF reculó y dijo que una “deficiencia metodológica” había provocado “inconsistencias” en el cálculo. Bueno.
La ASF pone en entredicho sus resultados al decir eso, que ‘son preliminares’, lo que significaría que pueden ser revisados, aclarados o precisados. Esto es, que a los revisores habrá que revisarlos para saber si hicieron bien, o no, su trabajo. O acaso sientan la presión política y al final se echen para atrás. ¿Estaría bien si así lo hicieran?
Por supuesto habrá que esperar los famosos sesenta días para saber si las fallas encontradas fueron solucionadas o resarcidas o qué ocurrirá entonces. ¿Qué pasó el año anterior cuando se revisaron otras instancias de gobierno y se encontraron faltantes? ¿Quién informa? Pero mientras son peras o son perones, el mismo presidente ha dicho:
“Se van a ir aclarando todas irregularidades que, según la Auditoría de la Federación se encontraron en la cuenta pública, así es siempre. Se audita todo y se empieza a aclarar, recuerden que cómo llegaron la Auditoria Superior de la Federación, que el Aeropuerto nos había costado el cancelar el aeropuerto de Texcoco, 300 mil millones y tuvieron que aceptar que se pagaron 100 mil millones”
Si es importante que se cuide el buen uso de los recursos públicos; buen uso en el sentido de que su administración deberá beneficiar a todos los mexicanos en distintas escalas de provisionamiento, servicios, infraestructura, salud, educación, seguridad, justicia… tanto.
Pero es asimismo importante que quien revisa que esto sea así, sea una instancia autónoma y cuidadosa de la calidad de su trabajo, para el que no haya objeciones y sí reposición de lo extraviado o sustraído a modo de chanchullo y corrupción. Que cuando informe la ASF sea determinante, convincente y verás. De otra manera preocupa a todos que no fuera así.