El episodio de violencia en el Estadio Corregidora entre el Querétaro y el Atlas marcó al futbol mexicano con uno de los sucesos de mayor violencia que han ocurrido a lo largo de la historia en el balompié nacional y un saldo de 26 personas que requirieron atención médica hospitalaria.
Ante las preguntas y dudas sobre qué provocó las agresiones entre los grupos de animación de ambos equipos, una de las posibles causas de la tragedia podría estar relacionada con la infiltración de grupos del crimen organizado en las “barras” de ambos equipos.
Incluso, la pasividad de los elementos de la seguridad privada, que custodiaba el estadio y que ha sido uno de los principales temas de la crítica, estaría asociada a un acto premeditado en el que participaron al ignorar las acciones y abrir las puertas en las gradas para permitir los enfrentamientos.
De acuerdo con información del diario Reforma y el reportero Antonio Nieto, la Resistencia, la porra del Querétaro, tenía todo planeado gracias a “El Beto”, quien está relacionado con el “huachicol” en San Juan del Río Querétaro y llevó a sus hombres para “saldar cuentas” con un integrante de la barra del Atlas presuntamente ligado al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Se trata de “El Herón”, de la Barra 51 del Atlas; ambos “ya se traen” desde tiempo atrás y agudizaron el nivel de su disputa con el capítulo de violencia que ocurrió en el Estadio Corregidora.
“Todo fue por estos dos; se vieron, se traen, y se dieron con sus bandas, lo demás ya fue de regalo”, precisó una de las fuentes a Reforma.
De acuerdo con los testigos, la violencia no comenzó hasta el minuto 60 del partido, en que la gente se vio obligada a descender al terreno de juego para salvar su vida, pues previo al inicio del partido hubo enfrentamientos entre ambos grupos de animación a las afueras del estadio; posteriormente, en la zona de baños, también hubo problemas entre los rijosos.